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El modelo político guaraní estaba apalancado en tres grandes logros, que ellos mismos denominaron el eje selva-huerta-ciudad, que combinaba una base económica cazadora ancestral, el ciclo productivo agrícola que permitía la acumulación de excedentes y la administración ritual y política de las teko’há, las comunidades urbanas organizadas.
Este modelo les permitió incrementar la dotación demográfica que a su vez dió pie a expansión territorial, mediante la cual invadieron todo el subcontinente, desde el Mar Caribe hasta el Río de la Plata, golpeando fuertemente en los contrafuertes andinos, conquistando y sometiendo a diversas sociedades de las tierras bajas hasta toparse con la frontera militarizada incaica.
En este episodio relatamos la conquista de la gran fortaleza de Samaipata, en el oriente boliviano, cuña de la cultura incaica sobre las sociedades de la selva y el abandono del gran proyecto de penetración inca en las selvas tucumanas, la fortaleza de Aconquija, que quedó inconclusa.
Los Mburuvichá o gobernadores territoriales guaraníes como Yaguarú, el Padre Jaguar, rezaban a Ñandesy, ese poder fluvial femenino, antepasado de la actual “Virgen” de Itatí.
Estos poderosos enclaves del estado andino en las tierras bajas, ricos en producción y almacenes con bienes deseados por los guaraníes, fueron atacados una y otra vez desde principios del siglo 16. Samaypata, con sus palacios y zonas productivas fue tomado por el Mburuvicha Guazú Condoriyá, alias, el Hombre que capturó al Cóndor.
El cóndor era Kuntur Kori o “Cóndor de Oro”, noble inka que había sido responsable de la erección de la fortaleza y que había conquistado la zona, el cual fue capturado junto a sus esposas y parientes y retenido por Condoriyá poco antes de la caída del Cuzco a manos de los Españoles. Veremos además l rol de los Mburuvicha o gobernadores territoriales guaraníes como Yaguarú (Padre Jaguar) con sede en el adoratorio de Itatí, donde se aparecía Ñandesy, un poder fluvial femenino, antepasada de la actual “Virgen” de Itatí.
También conoceremos a Otiguará, el profeta selvático que anunciaba la venida de Don Pedro de Mendoza a los guaraníes de las islas del delta del Paraná, frente a la actual Buenos Aires.